La contrapublicidad, también conocida como subvertising, es decir, subversión más advertising, está adquiriendo cada vez más importancia entre los seguidores de los movimientos antisistema. Se trata de un modo alternativo de hacer patente los problemas sociales y de criticar el consumismo y el apoyo a éste por los medios de comunicación.
Este nuevo método "contrapublicitario" consiste en manipular elementos visuales o textuales basados en anuncios ya existentes de grandes marcas. Hay tres tipos de contrapublicidad: por un lado está la artística, que simplemente ejemplifica de manera curiosa el spot; por otro está la contracultural, que denuncia un tipo de sociedad de consumo o producto; y una tercera, que es la que persigue un fin concreto.
Para ello desarrolla una campaña creada específicamente para promocionar un determinado mensaje social.
En muchos casos la contrapublicidad favorece al producto debido al impacto o genialidad de la obra contracultural obteniendo el efecto contrario al deseado, es decir que fomenta la promoción en vez de dañarla
La organización anticonsumo más conocida internacionalmente, y también una de las pioneras, es La Adbusters Media Fundation, nacida en 1989 en Canadá, (hace campañas como el día sin compras, etc.) de corte profundamente anti consumista pero actualmente se ha convertido en una verdadera multinacional de la contrapublicidad.
Otros grupos pioneros en contrapublidad a nivel internacional son: Billboard Liberation Front Y Resistance à l’Agression Publicitaire.
En España el grupo contrapublicidad más importante es Consume hasta morir, perteneciente a la comisión de consumo de la organización no gubernamental Ecologistas en Acción, realiza una actividad semejante a la de The Media Foundation, difundiendo el mensaje de consumo responsable a través de convocatorias, concursos, talleres, etc. Esta organización junto con Observatori de Resistències i Subcultures y un grupo de diseñadores gráficos, activistas y periodistas, han creado el ‘I Certamen Malababa de Contrapublicidad
En la creación de Malababa han colaborado también colectivos como Sabotaje Contra el Capital Pasándoselo Pipa, Adbusters, Résistance a l’Agression Publicitaire e instituciones como el CCCB en Barcelona.
Otro grupo anticonsumo importante, y que se lo toma con mucho humor son YOMANGO [de Mango, popularísima firma comercial española de ropa, y el aún más popular acto de “mangar”] es una marca cuyo objetivo principal, como el de todas las marcas importantes, no es tanto la venta de cosas, sino la “adquisición” masiva de un estilo de vida. En concreto, YOMANGO es una forma de desobediencia social y de acción directa contra las empresas multinacionales.
A diario consumimos publicidad aunque nos queramos oponer a ello. Ocupa los espacios públicos que han sido privatizados para intervenir en nuestra forma de consumo, y los medios de comunicación que son claramente unidireccionales ya que no ofrece la posibilidad de contestar contra publicitariamente.
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