He aquí lo no programado. Lo humilde, lo artesano, lo desprejuiciado, lo crítico, lo juguetón, lo saltarín. Contemplad aquella cultura que empezó sin cobrar entrada. Exponed vuestros cuerpos, mentes, historias y sueños a las infinitas formas culturales crecidas en las calles, en las catacumbas y en las habitaciones. ¿Quién ha dicho que no podáis ser parte de todo esto? Sin camerino también se inventa. Sin cánones también se crea. De hecho, sin cánones es como se imagina. Esperamos de todos modos que lo que sigue os haga sentir que vivís en un universo un poco más amplio.

lunes, 25 de junio de 2007

Teoría crítica. Epílogo: ¿cambiaría usted la barricada por un teléfono con centralita (no de mercadillo) si le ofreciéramos pagarlo en cómodos plazos?


Corría 1967. Ya no hay calendarios que se cuelguen en las paredes, excepto los de los restaurantes chinos y algunos con fotos de perros, gatos, casas de madera o cuadros prerrafaelitas que regalamos a las tías abuelas cuando el estrés impide pensar en obsequios mejores. Hace cuarenta años, sin embargo, el tiempo pasaba con la cadencia de plomo dictada por las ásperas hojas de los almanaques que pendían de un clavo en centros de trabajo, casas e internados. El paterfamilias se sentaba en su sillón favorito y abría el diario de la tarde; era un paterfamilias mal informado. Su periódico decía que el infierno eran los otros. Si pasaba algo en Australia, no nos enterábamos. Nadie sabía idiomas. Se sustituían los tranvías por autobuses, las líneas ferroviarias por autopistas, los parques naturales por centrales atómicas, las reservas de la biosfera por campos petrolíferos. ¿Cómo pudo construirse algo semejante a las periferias de nuestras ciudades? Preguntad a quienes vivían en esa época. El concepto de desarrollo sostenible se atribuía a Paco Martínez Soria, pero tampoco él creía en ello, pues le gustaba hacer turismo.

El aburrimiento parecía reinar entonces aunque muchos creyeran que a fecha de 2007 habríamos establecido colonias en Marte; las generaciones mayores de los países más avanzados no tenían nada que objetar a la recién estrenada sociedad de consumo y se refocilaban en la posesión de vehículos de tamaño bastante mayor que los Seat 600 que en aquel entonces yacían con el motor recalentado en las cunetas de los caminos de cabras españoles. Si bien los jóvenes de entonces (hoy día mayores de 55 años) no querían volver a los años de roerse un codo en plena posguerra, lo cierto es que no acababan de estar muy de acuerdo con la organización social de la época: el progreso material de la clase obrera no parecía ir acompañado de avances en lo que se refiere a la libertad de costumbres. Los padres, abuelos y bisabuelos, hombres todos ellos, seguían rigiendo la sociedad según pautas de fuerte influencia castrense y clerical, a veces anteriores a 1910, a veces anteriores al siglo XIII. En 1954, Alan Turing, uno de los padres de la computación moderna, se suicidó debido a las secuelas que le produjo el tratamiento médico que un tribunal le forzó a seguir con objeto de "curar" su homosexualidad; esto ocurría en el Reino Unido, a veces considerado como la democracia más antigua del mundo. En 1968, las leyes francesas no permitían a una mujer casada abrir una cuenta corriente sin autorización de su marido. En ésas se estaba entonces.


Theodor W. Adorno, de 64 años de edad en aquel tiempo, daba clases en la Universidad de Frankfurt; casi todos sus compatriotas habían tenido algo que ver con el nazismo, pues muy pocos pudieron exiliarse como hizo él, y muchos no quisieron. Como es lógico, existía allí una brecha generacional bastante profunda entre quienes fueron educados según los principios de propaganda de Joseph Goebbels y quienes tuvieron la suerte de nacer después. Además, la escarcha de la Guerra Fría podía sentirse por doquier, y no había donde esconderse. Fue así que cuando se aprobaron allí unas leyes llamadas de Emergencia (conocidas en alemán por el terminante vocablo de Notstandgesetze), relacionadas con el estado de excepción, el de sitio y esas cosas que recuerdan tanto a Pinochet, salió a la luz la llamada "oposición extraparlamentaria", protagonizada sobre todo por jóvenes, para cuestionar el consenso general en la materia, protagonizado sobre todo por viejos. Habiendo sido un conspicuo intelectual contestatario, autor de una teoría estética antagonista que marcaría época, Adorno no pudo sino situarse del lado de los jóvenes "extraparlamentarios". Sin embargo...

"Your child was killed in the park today, shot by the cops as she quietly laid". Tu hija fue asesinada ayer en el parque, ejecutada por la policía mientras estaba sentada tranquilamente (Frank Zappa, por supuesto, quién iba a ser). No era tan raro entonces, en aquellos tiempos de tensión, tensión, tensión... En aquel mismo año de 1967, un tal Benno Ohnesorg (cuyo apellido, curiosamente, se traduce por "sin preocupaciones") fue ejecutado por la policía alemana con motivo de una manifestación contra el Sha de Persia, entonces poderoso aliado de los Estados Unidos. Ohnesorg tenía 26 años, y no llegó a conocer Internet ni vio al hombre llegar a la Luna ni fue testigo de la decadencia de las máquinas de escribir. Quizá tenía parientes al otro lado del muro de Berlín, que se levantaba firme y recio cuando sus ojos dejaron de procesar imágenes. Quizá... Lo cierto es que a partir de su muerte llovieron los cócteles molotov, y se empezó a poner de moda hacer la revolución; de pronto ya nada era aburrido, y sin embargo Adorno, que había dedicado su vida a la revolución de verdad, a la de las mentes, a la que el paso del tiempo no puede barrer, creyó tener derecho a preguntarse si toda aquella diversión servía para algo.

No le concedieron ese derecho. Como hemos dicho, Adorno tenía 64 años y no estaba ya en una condición física que le permitiese liarse a mandobles con policías cuatro décadas más jóvenes que él, armados además con la clásica aparatología coercitiva de un Estado-nación contemporáneo. Dio igual; no hubo compasión. Era el tiempo de la rabia contra el sistema; entonces, una pedrada era revolucionaria, y escribir un libro, por muy contestatario que éste fuera, era reaccionario si además no se tiraban piedras. No era sólo cuestión de masas enardecidas; es que por si fuera poco se ligaba más. Al parecer, el Che Guevara no poseía en la vida real el semblante de guerrillero con el que pasó a la historia, pero el póster es el que es, y lo recordamos como lo recordamos (por cierto, también murió en 1967). Theodor W. Adorno había escrito mucho, y de pronto no pintaba nada, y no podía disfrazarse de valeroso luchador, y no tenía éxito con las chavalas de veinticuatro años, y le tildaban de reaccionario; navegando de modo incierto entre la perplejidad y la consternación debía hallarse aquel hombre mayor en viendo cómo una moda le pretendía robar los ideales. La recién estrenada sociedad de consumo, sin duda. La diversión.

Después de que sus clases fueran con frecuencia interrumpidas por alborotadores irredentos que le acusaban de conservador sin que él hubiera cambiado un ápice sus ideas, por las que apenas cinco años antes los conservadores le acusaban de alborotador irredento, Adorno, confundido, decidió pasar a la acción, pero no como les hubiera gustado a sus críticos (algunos querían que tirase cócteles molotov con ellos, mientras los que aplaudieron el suicidio de Turing quizá le querían ver también suicidado). Ni corto ni perezoso, se fue a Suiza, país muy popular en Alemania por sus altas cumbres y su inquietante nivel de riqueza y civismo; allí, en aquel paraíso burgués, decidió echarse al monte y trepar a una cima de 3.000 metros de altitud, lo que acabó produciéndole un ataque al corazón, del cual pasó a otra vida o a ninguna, pero lo cierto es que no se quedó aquí teniendo que lidiar con los que mataron a Turing y los que estaban de moda.

Los alumnos de Theodor W., aquellos que arrojaban tantas piedras y le acusaban de cobarde, vendido y carente de testosterona (poco revolucionario es este vilipendio, pero eso era lo que le echaban en cara), acabaron de muchas maneras, pero uno de ellos fue ministro de Asuntos Exteriores de Alemania durante siete años, participando en múltiples reuniones de jefes de Estado y de Gobierno. Estuvo en la cumbre del G8 en Génova, en el interior del castillo amurallado. Estuvo en la cumbre de la Unión Europea de Sevilla en 2002, en el interior del castillo amurallado. Tenía 19 años en 1967. Cuando aquellas cumbres, debía de andar por los 54. "Quien a los veinte años no es de izquierdas, es que no tiene corazón; quien a los cuarenta años sigue siéndolo, es que no tiene..." En la extrema derecha neonazi fue donde acabaron otros de los más furibundos y fogosos líderes de la revuelta estudiantil de entonces, ésa que según Adorno no tenía cerebro, a lo que sus promotores respondían que ni falta que le hacía. La revolución no acaba devorando a sus hijos, pero las modas sí acaban devorándose a sí mismas.

Yo no viví todas estas historias. No soy de Frankfurt, y nací algo después, aunque al ministro ése sí lo he visto por televisión, algo desmejorado por el traje azul, como todos los ministros. Aunque no conozco de primera mano los hechos, espero haber aprendido algo.

Ahora, a otra cosa. A seguir adelante.

(La imagen que ilustra este pequeño texto parece querer dar la impresión de que lo que dejamos atrás tampoco merece tanto la pena como algunos piensan. Es hermoso que el transcurrir de los minutos vaya dejando aquí y allá sus huellas y sus enseñanzas, y sí, conmueve pensar cómo los fallecidos que trabajaron por un mundo mejor nos han legado sus ilusiones para que nosotros las intentemos materializar. Pero la naturaleza, que es un concepto abstracto hallado por el ser humano y como tal no puede pensar, parece sin embargo haber sido sabia en algunas cosas, pues el tiempo va en una sola dirección, y se diría que es mejor así, aunque a todos nos hubiera gustado detenerlo en algún momento, y los hay que incluso luchan por torcer su rumbo y que demos con nuestros huesos en un pasado que de todas formas jamás existió).

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domingo, 24 de junio de 2007

Teoría crítica, parte 3: ¿qué os sugieren las siguientes frases lapidarias?

A continuación abandonaremos la fraseología compleja y serpenteante de anteriores artículos, desplazándonos a la sintaxis cortante y abrupta de algunas frases lapidarias contenidas en el volumen titulado "Teoría Estética", obra de Theodor W. Adorno. Por ejemplo:

«La injusticia que comete todo arte placentero y en especial el de puro entretenimiento va contra los muertos, contra el dolor acumulado y sin palabra.»

-
«Tiene que apropiarse lo feo para denunciar en ello a un mundo que lo creó y lo reproduce a su propia imagen, aunque sigue fomentando la posibilidad de lo afirmativo como complicidad con el envilecimiento, fácilmente cambiada en simpatía por lo envilecido.»


-
«Nada debe ser aceptado sin reparos sólo porque exista y porque alguna vez haya tenido algún valor, pero nada tampoco carece de él porque haya pasado: el tiempo solo no es criterio ninguno.»

-«Y si a pesar de todo el arte no se hace consumible, la actitud para con él tiene que apoyarse en la actitud respecto a los bienes de consumo. Esta aproximación de actitudes se ha hecho fácil porque, en nuestra época de superproducción, el mismo valor de uso de los bienes es cuestionable y cede ante el goce secundario del prestigio, del goce de estar al día, en definitiva del goce de la mercancía; mera parodia del resplandor estético.»

- «El arte es la antítesis social de la sociedad y no se puede deducir inmediatamente de ella.»

-
«Ha llegado a ser evidente que nada referente al arte es evidente: ni en él mismo, ni en su relación con la totalidad, ni siquiera en su derecho a la existencia. El arte todo se ha hecho posible, se ha franqueado la puerta a la infinitud y la reflexión tiene que enfrentarse con ello.»

-
«Sentimiento y razón no son absolutamente diferentes en el hombre y en su misma separación siguen siendo mutuamente dependientes.»

-«Cualquier obra de arte, para ser plenamente experimentada, necesita del pensamiento y por tanto de la filosofía, que no es otra cosa que el pensamiento al que no pueden ponérsele frenos.»

- «Las obras de arte representan la contradicción en su totalidad, el antagonismo en su conjunto.»


Pues eso. A partir de aquí, viajad a donde queráis llegar.

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Teoría crítica, parte 2: ¿seremos capaces de resumir lo publicado a pesar de nuestra legendaria falta de capacidad de síntesis?

El 22 de junio de 2007 finalizó el periodo lectivo del curso a partir del cual se creó este blog; sin embargo, para nosotros nada ha terminado, y menos el entusiasmo, por lo que seguiremos abiertos este verano para lo que gustéis leer. Mientras en Matalascañas se discute sobre si este año la canción del verano vendrá de Tarragona, de Castellón o de Recklinghausen (con toda probabilidad vendrá de Miami otro año más; permanezcan en sus refugios) , aquí seguimos a vueltas con la teoría estética de Adorno y Horkheimer, que casualmente explica muy bien el hecho contracultural. He actualizado la entrada del 7 de junio de 2007 donde se empieza a tratar el asunto; extensa ya era, y ahora lo es más. Para no fatigar a quien tenga poco tiempo y a quien disponiendo de más tiempo tenga también mejores cosas que hacer, adjunto las conclusiones:



5. En lugar de criticar por criticar como los perros del hortelano, los nostálgicos y las moscas cojoneras, Adorno y Horkheimer proponían alternativas. Efectivamente, se manifestaban alérgicos al entretenimiento disfrazado de cultura (no sé si es del todo correcta la palabra entretenimiento; no sé si significa lo mismo que "entertainment", que es el vocablo hollywoodiense que permite evocar el concepto en todo su horror). Aguantando a pie firme la marejada de abucheos y acusaciones de elitismo a que se expone cualquiera que reivindique estas cosas, Adorno y Horkheimer clamaban por un arte áspero, rupturista, aniquilador de moldes y prejuicios, de interpretación libre, que requiriese de un "trabajo" por parte del espectador en lugar de dejárselo todo mascado como papilla para lactantes, que no por casualidad presenta una textura en cierto modo repulsiva para los adultos ya formados. Entonces, el adulto artístico ha de cocinarse su propio alimento cultural a partir de este arte entendido al mismo tiempo como oposición y como enigma.

6. Muy lejos de las aulas universitarias, con frecuencia en horario nocturno, nació en un momento indeterminado (quizá en varios momentos no conectados entre sí) lo que hoy llamamos contracultura. La mayor parte de las veces se trataba de arte
áspero, rupturista, aniquilador de moldes y prejuicios, de interpretación libre, que requería de un "trabajo" por parte del espectador en lugar de dejárselo todo mascado como papilla para lactantes, que no por casualidad presenta una textura en cierto modo repulsiva para los adultos ya formados. No hubo partida de nacimiento. Ningún profesor levantó acta. En aquellos lugares se prefería la acción.

(Quien considere que estos textos son complejos, que pruebe a leer los volúmenes firmados en su momento por Adorno y Horkheimer, de donde parten todas estas reflexiones y zarandajas. Sin embargo, las palabras de la Teoría Crítica son palabras necesarias, más que los insultos, más que los documentos que se firman ante cientos de fotógrafos, más que aquello que aborreces y que sin embargo acapara en tu vida un espacio mayor que el que ocupan tus anhelos).

(Por otra parte, la mirada y el flequillo con que orgullosamente ilustramos este pequeño comentario no están aquí de más en absoluto, pues fueron propiedad de Samuel Beckett, dramaturgo favorito de Theodor W. Adorno y quizá el único premio Nobel capaz de negarse a aparecer por la ceremonia de entrega y por la misma época escribir obras de 35 segundos de duración; otro día hablaremos de Dario Fo, el único premio Nobel capaz de escribir obras con la palabra "anarquista" en el título y que no se cisquen en éstos. Dicen que a lo mejor Fernando Arrabal recibe algún día el premio Nobel, y entonces será el único premio Nobel que haya acudido a actos de la CNT en la localidad de Pedrera, provincia de Sevilla, de 5.136 habitantes y no precisamente cercana a ningún centro de poder ni polo de creación de riqueza donde aten los perros con longanizas. Opiniones diversas podrá haber sobre estos comportamientos, pero no se puede negar que hay autores que escriben y firman contratos, y otros que escriben, firman contratos e innovan en la forma y en el fondo. Algunos, como Kafka, escribieron e innovaron en la forma y en el fondo, pero no firmaron contratos. Quién sabe si hoy serían reconocidos).

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viernes, 15 de junio de 2007

Kontrapublicidad


La contrapublicidad, también conocida como subvertising, es decir, subversión más advertising, está adquiriendo cada vez más importancia entre los seguidores de los movimientos antisistema. Se trata de un modo alternativo de hacer patente los problemas sociales y de criticar el consumismo y el apoyo a éste por los medios de comunicación.

Este nuevo método "contrapublicitario" consiste en manipular elementos visuales o textuales basados en anuncios ya existentes de grandes marcas. Hay tres tipos de contrapublicidad: por un lado está la artística, que simplemente ejemplifica de manera curiosa el spot; por otro está la contracultural, que denuncia un tipo de sociedad de consumo o producto; y una tercera, que es la que persigue un fin concreto.

Para ello desarrolla una campaña creada específicamente para promocionar un determinado mensaje social.


En muchos casos la contrapublicidad favorece al producto debido al impacto o genialidad de la obra contracultural obteniendo el efecto contrario al deseado, es decir que fomenta la promoción en vez de dañarla
La organización anticonsumo más conocida internacionalmente, y también una de las pioneras, es La Adbusters Media Fundation, nacida en 1989 en Canadá, (hace campañas como el día sin compras, etc.) de corte profundamente anti consumista pero actualmente se ha convertido en una verdadera multinacional de la contrapublicidad.


Otros grupos pioneros en contrapublidad a nivel internacional son: Billboard Liberation Front Y Resistance à l’Agression Publicitaire.



En España el grupo contrapublicidad más importante es Consume hasta morir, perteneciente a la comisión de consumo de la organización no gubernamental Ecologistas en Acción, realiza una actividad semejante a la de The Media Foundation, difundiendo el mensaje de consumo responsable a través de convocatorias, concursos, talleres, etc. Esta organización junto con Observatori de Resistències i Subcultures y un grupo de diseñadores gráficos, activistas y periodistas, han creado el ‘I Certamen Malababa de Contrapublicidad
En la creación de Malababa han colaborado también colectivos como Sabotaje Contra el Capital Pasándoselo Pipa, Adbusters, Résistance a l’Agression Publicitaire e instituciones como el CCCB en Barcelona.


Otro grupo anticonsumo importante, y que se lo toma con mucho humor son YOMANGO [de Mango, popularísima firma comercial española de ropa, y el aún más popular acto de “mangar”] es una marca cuyo objetivo principal, como el de todas las marcas importantes, no es tanto la venta de cosas, sino la “adquisición” masiva de un estilo de vida. En concreto, YOMANGO es una forma de desobediencia social y de acción directa contra las empresas multinacionales.
A diario consumimos publicidad aunque nos queramos oponer a ello. Ocupa los espacios públicos que han sido privatizados para intervenir en nuestra forma de consumo, y los medios de comunicación que son claramente unidireccionales ya que no ofrece la posibilidad de contestar contra publicitariamente.


LOKALES:





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martes, 12 de junio de 2007

CONTRACULTURA DIGITAL


Vánitas del Orden Mundial. Jose L. Tirado. Sevilla

Gobiernos del Mundo Industrial, vosotros, cansados gigantes de carne y
acero, vengo del Ciberespacio, el nuevo hogar de la Mente. En nombre del futuro,
os pido en el pasado que nos dejéis en paz. No sois bienvenidos entre nosotros.
No ejercéis ninguna soberanía sobre el lugar donde nos reunimos.

Los
gobiernos derivan sus justos poderes del consentimiento de los que son
gobernados. No habéis pedido ni recibo el nuestro. No os hemos invitado.
No nos conocéis, ni conocéis nuestro mundo. El Ciberespacio no se halla dentro
de vuestras fronteras. No penséis que podéis construirlo, como si fuera un
proyecto público de construcción. No podéis. Es un acto natural que crece de
nuestras acciones colectivas.
Estamos creando un mundo en el que todos pueden
entrar, sin privilegios o prejuicios debidos a la raza, el poder económico, la
fuerza militar, o el lugar de nacimiento. “Creamos una civilización de la Mente
en el Ciberespacio”. Que sea más humana y hermosa que el mundo que vuestros
gobiernos han creado antes.


El contenido de este documento, abanderado por toda una serie de comunidades virtuales, hackers, crackers, net-artist y ciberpunks, apareció el mismo día que el gobierno de los Estados Unidos aprobó la Ley de Decencia de las Comunicaciones (CDA) a fin de iniciar la regulación de la información cursada por internet. En la ciudad de Davos (Suiza), John Perry Barlow, uno de los más reconocidos activistas a favor del movimiento underground por internet, socializó por la red la ya legendaria “Declaración de Independencia del Ciberespacio”.
A partir de este momento nació un nuevo fenómeno en el campo de la comunicación digital por redes: la aparición en internet de un movimiento comunitario de usuarios, de corte contracultural, en relación a los intentos estatales y empresariales por regular los contenidos de la red. Dos visiones opuestas en relación al proceso de “apropiación tecnológica” y al mismo tiempo una propuesta de regreso a los ideales comunitarios y existencialistas de la contracultura de los 60 pero esta vez en un espacio virtual.
Aquella contracultura de los 60, ingenuamente creyente en el retorno a la naturaleza y mayoritariamente desconfiada de la tecnología, ahora ha renacido bajo la forma de un nuevo movimiento contracultural que se desarrolla y tiene como eje de acción a la tecnología del ordenador.
Este terreno de confluencia y propuestas alternativas se ha reducido a un espacio virtual en el que se busca crear el “ágora electrónico” profetizado por McLuhan: “un lugar virtual en el que todos podrían expresar sus opiniones sin temor a la censura y defenderlo de los intereses de las multinacionales de la electrónica, la publicidad y los gobiernos nacionales.
En este nuevo movimiento se transforman los valores colectivos de la generación de los 60 en otros de corte nihilista, de la generación de internet.
Aquel primer movimiento underground desencadenado por lo Beatniks (o generación beat); ahora ha sido recuperado a partir del campo de la generación bit: el compromiso social en las calles se gesta ahora a nivel personal en el Ciberespacio.
Bajo esta perspectiva, el documento Declaración de Independencia del Ciberespacio resume claramente los valores que pretenden defender los miembros de la contracultura del ciberespacio:
La Red debe estar al alcance de todos, debe ser inclusiva, todos tienen derecho a la libre expresión, los usuarios son los administradores pero no los propietarios, debe reflejarse la diversidad humana y no homogeneizarla.
Con objeto de salvaguardar estos principios, han surgido una serie de subculturas digitales que únicamente existen y se manifiestan en internet velando por los intereses “ciber-libertarios”, “ciber-comunitarios” y ciber-culturales” de la red.


INFLUENCIA CIBERPUNK
Este vocablo fue creado por el novelista John Brunner, refiriéndose a un grupo de hombres-maquina (cyborgs) que luchan contra el orden informático establecido. A partir de entonces el término sirvió para definir la conducta de de aquellos individuos post anarquistas que al mismo tiempo se declararon gustosos de los mundos cyborg civilizados.
Los ciberpunk tienen la convicción de que el hombre puede unirse a la máquina para crear un individuo nuevo. Los más radicales pretenden emular a Case, el vaquero electrónico de la novela El Neuromante, y sueña con implantarse electrodos en el cerebro.
Dentro del ciberespacio la actividad de los ciberpunk se traduce en la creación de sistemas de criptografía (técnicas y algoritmos para cifrar la información) y esteganografía (técnicas que permiten ocultar información dentro de otra, logrando así que informaciones confidenciales pasen desapercibidas). Con la intención de expandir su postura, la comunidad ciberpunk ha creado direcciones electrónicas en las que cualquier usuario puede tomar clases avanzadas de criptografía, para estimular a la gente a adoptar dicha técnica para crear “sistemas de transacciones anónimas” de la información.

SUBCULTURAS DE LA RED
Al lado de los ciberpunk se encuentran los grupos contraculturales de expertos en informática, mismos que se subdividen así mismos en Hackers, Crackers y Phrackers.
Los Hackers son expertos en informática que pueden entrar en prácticamente cualquier lugar público o privado de la red, (NASA, Casa Blanca o el Kremlin) para obtener información secreta, dejar mensajes y sugerir fallas en los sistemas de seguridad que violan. Su poder y hazaña quedan de manifiesto a través del Cult Of The Dead Cow (Secta de la Vaca muerta) y los miembros alemanes de Chaos Computer Club (El Club del Caos Computarizado) las dos comunidades Hacker más importantes de E.U. y Europa, respectivamente, quienes comparten su adhesión por: La filosofía anarco-mediática de Robert Anton Wilson y su trilogía Iluminatus, acerca de explotar de forma interna los medios de comunicación, consiguiendo eliminar el delgado límite entre verdad y mentira.
Los hacker, dicen poseer un plan para desestabilizar la infraestructura de comunicaciones de los E.U. en un día clave.

Los Crackers son expertos en la eliminación de las diversas protecciones de un software que impiden su copia, o de las protecciones de un programa shareware (programa por el cual se tiene que pagar un precio simbólico para su utilización) que impiden su uso pasada una determinada fecha.
Durante los 90 los crackers armaron programas para romper candados de seguridad de las aplicaciones más caras de multimedia, QuarkXPress, Photoshop e Ilustrator, y los socializaron en la Red haciendo perder a los fabricantes de software impuestos no pagados de mil millones de dólares al año.


Los Phrackers se dedican a ingresar en los servicios públicos y anular las cuentas financieras que tienen pendientes. A diferencia de los Hackers y Crackers, esta subcultura manifiesta sus intenciones claramente individualistas de no poner sus conocimientos informáticos al servicio de las deudas de los demás.


Los Net-Artist les gusta crear net –art (arte en internet), el cual se caracteriza por no ser la reproducción digital de obras ya conocidas, sino un apoyo en programas como photoshop, Corel Draw o 3D studio, Autocad, (adquiridos a través de programas crackers) para completar o crear íntegramente obras artísticas digitalizadas.
El art-net busca como ideal primordial reorientar el concepto occidental del yo, cargado de individualismo; al yo oriental que es comunitario. Desprendiéndose de este orden de ideas, para ellos el ciberespacio es un ente con vida propia, cargado de sensibilidad.

En esta línea de hacer arte, el concepto clave es el del sensorio: Internet como un espacio sensitivo común en el que se transmite, recibe y traduce la información. A partir de tales premisas, la ambición de los net-artist es la de crear un gran mundo virtual alternativo que ofrezca la posibilidad de naturalizar a todos aquellos cibernautas que se encuentran incómodos con el mundo real.

La era del ciberespacio se ha transformado en una de corte virtual e ilimitado a través de los MUD (Dimensión Multi Usuario) y los MOO (Mud orientado hacia el objeto)
Cualquier comunidad de individuos que tienen como internet su lugar de reunión, discusión, cambio de puntos de vista, etc. Las cibercomunidades pueden encontrarse en espacios virtuales como MOOS y MUDS o páginas web que remeden un territorio o comunidad, o pueden simplemente construir una comunidad por tener como medio de comunicación principal el correo electrónico y/o el chat.

De igual forma los grupo pro-derechos civiles de los 60 como Black Panther, Simbiotic Liberation o los Merry Pranksters han renacido en activistas virtuales que inundan la red con propaganda a favor de la ecología, los derechos humanos y la democracia. Los activistas virtuales se basan en el arte de la ciber-guerra de baja escala (info-war) para neutralizar el poder de las bases de datos del enemigo por medio de virus informáticos enviados por la red.


Hablan además de protegerse contra la Bomb EMP (Bomba de Impulsos Electromagnéticos) “capaz de romper todos los circuitos de los ordenadores por medio de la propagación de microondas o de radiación ionizante” que ya proyectan Japón y los E.U: para defender sus intereses.

CONTRADICCIONES A DESTACAR
Fuera del terreno y discurso contracultural de los habitantes del ciberespacio, es evidente que existen contradicciones que vale la pena destacar, una de ellas radica en la ingenua universalidad de sus principios: los valores ciber-libertarios, ciber-comunitarios y ciber culturales han propiciado que exista un hilo delgado entre las acciones comprometidas y las vandálicas, dando lugar a la llegada de mafias organizadas, que moran en el ciber-espacio para desvirtuar la utopía contracultural.
Una parte de la ética hacker ha renunciado a la contracultura para ingresar en el mundo de la ciber-empresa, vuelta de moneda que queda simbolizada en la creación de organizaciones lucrativas como Blacknet (el mercado negro de internet).
Bajo la misma lógica, algunos net-artist han desdibujado la imagen alternativa del net-art al recurrir a formulas altamente cuestionables para captar la atención de los usuarios. El Prank-art (arte bromista), por medio de una página de contenido pornográfico o un juego multimedia, “enganchan” a un navegante de la web en un espacio de obras post-art del cual no se puede salir hasta que no se termine de ver toda la exhibición.
Para el mundo de net-art la estrategia no sólo es válida, constituye una nueva especie de ciber-happening que enriquece las manifestaciones digitales. Empero, la condición de secuestrar y obligar a un cibernauta a presenciar un contenido que no desea ver revela más connotaciones de autoritarismo que de arte comunitario.

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jueves, 7 de junio de 2007

¿Y cómo explicar la Teoría Crítica de la Escuela de Frankfurt en menos de 180 páginas sin aburrir a las ovejas ni citar a Hegel ni una sola vez?

Como no sabíamos por dónde empezar, lo hemos hecho por el final, es decir, por la teoría:



¿Y cómo explicar la Teoría Crítica de la Escuela de Frankfurt en menos de 180 páginas sin aburrir a las ovejas ni citar a Hegel ni una sola vez?

Tal vez no lo consiga (probablemente no lo consiga), pero en fin, vamos a intentarlo...

Naturalmente que la cultura subterránea existía mucho antes de que ningún profesor alemán empezara a escribir sobre ella, mas es conocido que quienes generan cultura en la oscuridad están demasiado ocupados con las tareas típicas de quien genera cultura en la oscuridad, entre las cuales podemos citar:

1. Abrir nuevos caminos en el más amplio sentido de la expresión.

2. Situar a la estructura social cara a cara con las víctimas de sus crímenes e incongruencias.

3. Atacar lo inatacable, discutir lo indiscutible, desacralizar lo sagrado, desolemnizar lo solemne.

4. Desafiar las capacidades propias y ajenas para la sorpresa.

5. No obedecer ninguna de las reglas anteriores si deja de estar justificado o apetece más decir otras cosas.

6. Pensar dónde irán cuando les venza el contrato de alquiler y el casero quiera meter en el piso a un sobrino suyo que se acaba de casar y hace dos meses entró a trabajar de administrativo en el servicio técnico de un conocido fabricante de lavadoras y fregaplatos.

7. Ganarse la vida; ya te dijo tu tío el de Valencia que no esperaras vivir del arte si te seguías negando a entonar el "Moderno pero español" de Manolo Escobar ("Señores, yo soy un hombre del siglo XX pero español...") en las fiestas de verano de alguna población serrana cuyos habitantes trabajan todos en Madrid y vuelven en julio, agosto y septiembre.



En esas circunstancias, y dado que los profesores alemanes cobran desde hace tiempo sustanciosos sueldos por encapsular el mundo en conceptos (en otras latitudes también los cobran, pero no se les hace tanto caso, pues el "Que inventen ellos" ha hecho mucho daño en según qué sitios), varios de estos eruditos eligieron crear una teoría de la contracultura antes que ponerse a tocar en una banda de rock and roll. Los pensadores de la Escuela de Frankfurt, que así se les dio en llamar, no albergaban en principio la intención explícita de desarrollar una teoría de la contracultura; en aquel entonces andaban consternados ante las lúgubres conclusiones sobre la naturaleza humana a que podía dar lugar el estudio del ascenso y caída del nazismo (la clase media ávida de poder también produce monstruos, y vaya monstruos que produce). Como marxistas que eran, les quitaba el sueño asimismo la desnaturalización de la ideología que profesaban por parte de burócratas y dogmáticos varios que la usaban como pretexto para cimentar una estructura de poder autoritario capaz de producir bombas atómicas y liderar la clasificación de países según el número de fusiles ametralladores fabricados. En su opinión, el socialismo era una idea demasiado noble como para acabar obligando a deportistas a atiborrarse de fármacos para ganar competiciones internacionales y que las banderas ondeasen al viento.

Por tanto, el antifascismo y el marxismo antiautoritario fueron las dos corrientes de pensamiento que más influyeron en estos sesudos personajes a la hora de crear lo que se llamó la "teoría crítica"; puestos ante la tesitura de explicar algo tan aparentemente inexplicable entonces como el fascismo (ahora sabemos mucho más que antes), los pensadores de la escuela de Frankfurt fueron tan perspicaces como para darse cuenta de que la nefanda enfermedad de la intolerancia surgía también a partir de variables culturales y psicológicas. Entonces, la "teoría crítica" se desarrolló como teoría multidisciplinar de alcance global que intentaba suministrar herramientas para entender y criticar las sociedades basadas en una clase media fuerte; no era tarea fácil, dado que dichas sociedades se mueven sobre un nivel de absurdo mucho mayor del que pudiera parecer en un principio.

¿Y qué tiene que ver todo esto con la cultura subterránea?

Por si resultare que alguien no se ha dado cuenta de que las consideraciones anteriores llevan de forma inexorable a abrazar como propia una cultura alternativa y/o antagónica a la oficial, ahí van algunas razones:

1. Históricamente, la cultura subterránea se ha caracterizado por actuar ante el poder constituido y los valores establecidos escogiendo entre el amplio abanico de posturas que existe entre la indiferencia más absoluta y la oposición más vitriólica y lenguaraz. Es por ello que el discurso antiautoritario es más típico de esta cultura que de la oficial.

2. Aunque este no es el momento ni el lugar para tratar este tema con la profundidad adecuada y además a lo mejor no os apetece, es oportuno mencionar que una de las cuestiones más debatidas por los pensadores de la escuela de Frankfurt fue la relación entre fascismo y razón instrumental. La crítica al positivismo surgida de esta controversia dio lugar al concepto de dialéctica negativa, que arriesgando ser corridos a gorrazos por cualquier verdadero entendido en filosofía podemos describir como una corriente de pensamiento basada en la crítica como herramienta teórica, que acepta por fin la idea que la realidad no puede ser encerrada en estereotipos, por lo que es tan inútil como contraproducente intentar limar a golpes las aristas de lo existente para que todo quepa en un sistema absoluto de ideas preconcebidas. Como forma de explorar el mundo que evita lo que se ha dado en llamar la conceptualización autoritaria, la dialéctica negativa se asemeja a la contracultura en que ambas predican la huida de los cánones ideológicos y artísticos preestablecidos, una mediante el pensamiento y la otra a través de la acción cultural directa.

3. Por si esto fuera poco, los profesores de la Escuela de Frankfurt, desencantados de la política por las razones ya citadas, convinieron en que el progreso social habría de llegar de la lucha cultural antes que del juego político; uno de estos profesores, Theodor W. Adorno, descolló en el campo del pensamiento estético desarrollando una teoría antagonista de la cultura cuyos ecos resuenan hoy con visionaria rotundidad. Además de ratón de biblioteca y marxista, Adorno era músico (pianista en concreto), apasionado de las vanguardias de la primera mitad del siglo XX en general y de la llamada Segunda Escuela de Viena (Schönberg, Webern y Alban Berg, a quienes además conoció personalmente) en particular. Vista desde la perspectiva actual, la Segunda Escuela de Viena no parece muy contracultural, pero en aquel momento una música "culta" tan alejada de Mozart y Beethoven no podía sino asombrar a propios y extraños (en posteriores artículos desarrollaré la teoría de que todo estilo musical posee una vertiente pop y otra vanguardista y anticonvencional; la música llamada "clásica" no es una excepción a esto). Cuando a partir de los años 30 se desarrollaron las herramientas para crear y reproducir el gusto de las masas, dirigiéndolo hacia subproductos lamentables y fáciles de vender (y no quiero señalar...), los primeros dedos acusadores que se levantaron fueron los de Adorno y Horkheimer, armados intelectualmente de su sesudo marxismo crítico de raíz hegeliana (qué le vamos a hacer; gentes de sienes plateadas y frente arrugada con doctorado en la Universidad Libre de Berlín y monóculo y chaqué opcionales han decidido que Hegel es uno de los pilares del pensamiento occidental, pero lo que es a mí la verdad es que me parece un perfecto abrazafarolas. Con esto no quiero decir que no haya habido filósofos que partiendo de lo garrapateado por Hegel en plomizos libracos hayan logrado generar teorías apasionantes que explican el mundo mejor que un libro abierto. Hala, ya he citado a Hegel tres veces, incumpliendo una de mis promesas del principio. Me temo que la otra también).

y por último (y ya era hora):

4. Era inmediata la crítica a la industria cultural, que vende mercancías que copian otras mercancías en lugar de obras que faciliten darle a las meninges. No se trata de que obliguen a pensar, sino de que queden como poso, como sedimento, como algo que años después se recuerde por lo asombroso de su contenido y por los bailes de emociones que suscita, y no por haber encontrado pareja en presencia de ese producto cultural, como pasa con las canciones "del recuerdo"...Visionario era este rapapolvo, pues la expresión "industria cultural" fue idea de estos dos pensadores estéticos de los que hablamos, y a pesar de su origen hipercrítico es utilizada a mansalva por distintos organismos, consorcios y delegaciones para referirse a un sector productivo que, miren por dónde, produce discos de Bisbal como churros, aportando nosecuántos puntos al PIB. ¿Es eso cultura? Pues según como se mire, según quien lo mire, eso va en gustos y etc. A mí, mientras no me dejen sin mis perlas minoritarias antifascistas alegando que no son rentables...Pero parece que el marxismo postula que el sistema capitalista es insaciable y no sabe dónde parar, y mucho me temo que en eso no se equivocaba del todo...Pues a lo que íbamos, que Adorno y Horkheimer imaginaron un ritmo (un solo ritmo) cuadrado, marcial, bailado y comprado al unísono por una población uniforme, unipolar, uninominal, unineuronal y uniceja (es maravilloso que gentes con distintas opiniones se pongan de acuerdo, pero la unanimidad absoluta es en general siniestra). Como la economía de escala (en este caso, la presentación de unos pocos productos que vendan mucho) maximiza los beneficios, ésa es la industria cultural.

Ah, se me olvidaba (lo siento):

5. En lugar de criticar por criticar como los perros del hortelano, los nostálgicos y las moscas cojoneras, Adorno y Horkheimer proponían alternativas. Efectivamente, se manifestaban alérgicos al entretenimiento disfrazado de cultura (no sé si es del todo correcta la palabra entretenimiento; no sé si significa lo mismo que "entertainment", que es el vocablo hollywoodiense que permite evocar el concepto en todo su horror). Aguantando a pie firme la marejada de abucheos y acusaciones de elitismo a que se expone cualquiera que reivindique estas cosas, Adorno y Horkheimer clamaban por un arte áspero, rupturista, aniquilador de moldes y prejuicios, de interpretación libre, que requiriese de un "trabajo" por parte del espectador en lugar de dejárselo todo mascado como papilla para lactantes, que no por casualidad presenta una textura en cierto modo repulsiva para los adultos ya formados. Entonces, el adulto artístico ha de cocinarse su propio alimento cultural a partir de este arte entendido al mismo tiempo como oposición y como enigma.

6. Muy lejos de las aulas universitarias, con frecuencia en horario nocturno, nació en un momento indeterminado (quizá en varios momentos no conectados entre sí) lo que hoy llamamos contracultura. La mayor parte de las veces se trataba de arte
áspero, rupturista, aniquilador de moldes y prejuicios, de interpretación libre, que requería de un "trabajo" por parte del espectador en lugar de dejárselo todo mascado como papilla para lactantes, que no por casualidad presenta una textura en cierto modo repulsiva para los adultos ya formados. No hubo partida de nacimiento. Ningún profesor levantó acta. En aquellos lugares se prefería la acción.


Continuará...

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miércoles, 6 de junio de 2007

¿Por dónde empezar?

Había algo que teníamos que hacer antes de comenzar nuestra modesta tarea de acumulación creativa de palabras insospechadas sobre cultura subterránea; era necesario dejar escrito de qué forma anidaba dicha cultura en nuestra imaginación. Como resultamos ser un grupo compenetrado, los textos producidos han sido muy similares. He aquí lo que el abajofirmante redactó hace unos días sobre el objeto de este pequeño blog. Dice así:

Así que me preguntáis qué es la contracultura. Bueno, pensándolo bien, peor hubiera sido que me preguntaran dónde se puede encontrar. Es mi modesto parecer que la tenéis justamente delante, que casi os está devorando, y que para no verla hay que estar más ciegos que un búho sordo o negarse recalcitrantemente a reconocer su existencia aunque brille más que el sol un 13 de julio en el hemisferio Norte. No, no creo que sea pretencioso decir que es como el aire que respiramos, porque, como se ha dicho, cuando alguien decide por primera vez crear cultura lo que crea es cultura subterránea, que es contracultura en la mayoría de los casos…Casi nadie da sus primeros pasos en el mundo de la cultura teniendo a su disposición un auditorio, un museo o un teatro municipal, salvo que más que enchufes tenga cables de alta tensión o que viva en un pueblo de menos de 200 habitantes. Es más, me atrevería a decir que la mayoría (incluso la inmensa mayoría) de quienes se meten en berenjenales culturales no logran pisar nunca un auditorio, un museo o un teatro municipal como no sea en la condición de espectadores. Entonces podemos decir (bueno, puedo decir; vosotros no sé si estaréis de acuerdo) que la cultura subterránea es la cultura de las masas que hacen cultura actuando como individuo, no como masa. Es una definición como otra cualquiera; espero que por lo menos consiga hacer pensar.

Me atrevería a decir, pues actualmente no está castigado con pena de cárcel, que la contracultura y la cultura subterránea son tan antiguas como la propia cultura, al ser conceptos que se llenan de contenido de manera automática al establecerse jerarquías referentes a fenómenos culturales; de inmediato, las corrientes, hechos y eventos situados en la parte inferior de la escala devienen contracultura, subcultura o cultura subterránea. Probablemente los fenicios, los etruscos y los tartesios tuvieran ya contracultura, igual que los jeroglíficos muestran que entre los antiguos egipcios estallaban conflictos laborales y generacionales; en cierto modo, Diógenes el cínico, ése que lo hacía todo en público y aún hoy vende tantos libritos de bolsillo con aforismos, ya representaba una filosofía contracultural frente al pensamiento griego “oficial" cuyo mascarón de proa es Platón, ese personaje cuyo nombre significa “el ancho de hombros” (no puede producir más que perplejidad que un supuesto pensador pase a la posteridad con un apodo referido a su complexión atlética; no le llamaron “el de las ideas brillantes e ingeniosas” ni nada parecido, sino “el ancho de hombros”. Da qué pensar). Algún que otro milenio más tarde, en la teocrática Europa medieval florecían en poblaciones aisladas cientos o miles de movimientos motejados de heréticos que, dada la confusión entre cultura, filosofía, política y religión entonces existente (digamos que todo acababa siendo teología) han pasado a la historia como sectas, cuando seguramente se trataba de sub-contra-culturas en toda regla. A partir de aquí podemos citar decenas o cientos de –ismos aparecidos en las centurias subsiguientes; entre los cuales cada uno tiene sus preferencias; yo por mi parte no puedo ocultar mi debilidad por los relacionados con el humor, el absurdo, la imaginación y las utopías políticas tendentes a liberalizar las costumbres y repartir la riqueza (por ejemplo; el teatro del absurdo, el surrealismo, el dadaísmo, la patafísica, Frank Zappa, la guerrilla de la comunicación, el arte contemporáneo insurrecto, la interferencia cultural, ciertos aspectos del punk, el jazz y los llamados hippies, la subcultura anarcosindicalista desarrollada en España desde 1870 a 1939, el movimiento por otra globalización, las movilizaciones contra la precariedad en el trabajo y en la vida, los nuevos desarrollos culturales relacionados con tecnologías introducidas recientemente, la heterogeneidad, etc…). Este mosaico contracultural ha sido improvisado a vuelapluma en apenas diez minutos; estoy seguro de que tú que lees esto podrás citar unas cuantas decenas más de elementos contraculturales de tu agrado, y así todo el mundo sin que por ello se agote la cultura subterránea, que por el contrario se va impregnando de los cambios sociales característicos de cada época, mutando entonces a velocidad de vértigo y permaneciendo al mismo tiempo (las nuevas formas de contracultura no han enterrado por ejemplo al free jazz, que era cultura subterránea en 1960, ni a Arthur Rimbaud, que lo era en 1875). Espero que esto sirva para entender en qué inmenso y fascinante magma estamos penetrando.

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lunes, 4 de junio de 2007

¿Cultura, subcultura, contracultura?

¿Cultura, subcultura, contracultura?....... ya sabemos lo que dicen los textos de la subcultura, uso de la cultura de manera poco común, que se opone a menudo a los valores de la cultura mayor, pero conviven con el poder institucional.
La contracultura es un término creado en oposición a la cultura sea a una oposición general, una alternativa, una extensión o una variante de la cultura. Es un término utilizado para referirse a las corrientes culturales que se consideran a si mismas – o son consideradas por otros – como opuestas o alternativas a la cultura asumida por la mayoría de la población.
En algunos casos engloban equivocadamente en la contracultura el comportamiento radical o violento de grupos sociales concretos que deberían estar englobados en el marco de la delincuencia.
En las primeras culturas escritas, (caldea y egipcia) ya hay reflejo de manifestaciones contraculturales, en Grecia y Roma, Sócrates, Jesucristo, en la Edad Media, el Renacimiento, La ilustración y la Revolución Francesa. Las nuevas corrientes: el Nihilismo, el Idealismo, el Socialismo, el Anarquismo, el Romanticismo, la bohemia.
A partir del Socialismo y el Anarquismo aparecieron los Movimientos Alternativos y subculturas como el Dadaísmo, Surrealismo y futurismo. A partir de aquí fueron apareciendo por toda Europa y Norteamérica las diferentes corrientes: Pacifismo, Nudismo, el Comic, el Jazz, el Blues y el Swing. Los periódicos Underground, el Existencialismo y la Generación Beat: Sastre y Camus. Ginsberg y Kerouac. El Bebop, el Rhythm and Blues y el Rock and Roll. Nuevas bases políticas y filosóficas como el Pacifismo, el Movimiento antinuclear CND.
Las subculturas juveniles de los años 50 y 60: Rockers, Teddy boys, Mods, Artiestlingen. Aparece el Surf, el skate y el graffiti.
En los años 60 los hippies, influencias espirituales orientales, los Probos. Mayo del 68.
En los 70: Los Squatters, El Punk., Pop, etc.,…….

Al parecer gran parte de la cultura de hoy, ayer fue contracultura.

BIBLIOGRAFÍA: La contracultura a través de los tiempos. De Abraham al Acid-house. Ken. Goffman. Edit. Anagrama. Barcelona 2005.

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