He aquí lo no programado. Lo humilde, lo artesano, lo desprejuiciado, lo crítico, lo juguetón, lo saltarín. Contemplad aquella cultura que empezó sin cobrar entrada. Exponed vuestros cuerpos, mentes, historias y sueños a las infinitas formas culturales crecidas en las calles, en las catacumbas y en las habitaciones. ¿Quién ha dicho que no podáis ser parte de todo esto? Sin camerino también se inventa. Sin cánones también se crea. De hecho, sin cánones es como se imagina. Esperamos de todos modos que lo que sigue os haga sentir que vivís en un universo un poco más amplio.

viernes, 13 de julio de 2007

¿Y dónde dice usted que se encuentra la contracultura ésa que tanto se oye mentar últimamente?




Pues verá usted; localizar la cultura subterránea va a ser para usted una tarea sencilla como el manual de instrucciones de una patata cruda si previamente se ha esforzado en leer con detenimiento y asimilar como es de recibo los escritos hechos llegar hasta ahora a este blog (lo mismo resulta que lo que es de recibo es no asimilarlos de ninguna manera, pues a lo mejor no tienen ningún interés; nosotros, sin embargo, opinamos que algo de verdad sí que hay en ellos). Si por mor de nuestro estilo poco escueto se ha perdido usted entre tanta palabra de más de diez letras y tanta frase de más de diecinueve palabras, se lo recordamos de mil amores: la contracultura es como Dios para el creyente (monoteísta), porque ambos están en todas partes; para un ateo, en cambio, la contracultura está en todas partes y es lo contrario de Dios, que no está en ninguna.

(Por cierto; todo aquel espíritu curioso que quiera saber de dónde procede la imagen que ilustra este articulillo haría bien en pinchar en el enlace para leerlo entero e irse hasta abajo del todo si no quiere tragarse otro ejemplo de nuestra habitual logorrea).

Se podría objetar que muchos creyentes opinan que la con
tracultura no está en ninguna parte, pues nadie les ha informado de la existencia de tal cosa, y suerte que han tenido, pues más de uno puede proferir amenazas de muerte (y a lo mejor ya las ha proferido) en conociendo manifestaciones como las emitidas por creadores como Rafael Iglesias, de quien trataremos más por extenso en próximos escritos. Efectivamente, hay por ahí quien cerró su cerebro más o menos hacia 1959 y quedaría gravemente trastornado al salir a la calle hoy día y comprobar cómo los hombres no usan sombrero (será que son todos rojos) y las mujeres van como si fueran suecas (de 1959). Filtrando todo lo que exceda su capacidad de sorpresa es como sobreviven algunos; nadie les dijo que tarde o temprano toparían en su singladura vital con algo que en principio no entenderían. Tras golpearse la cabeza contra un muro, o altar, durante un instante que en todo caso se hizo eterno, la emprendieron a bastonazos con el mecanismo del reloj hasta que consiguieron que se parara, y ahí viven, en un mundo de su invención, sin querer saber de las técnicas que usan ahora los agitadores culturales para construir sueños sobre lo ya existente. Pero el solipsismo tiene las patas muy cortas...

...y la cultura subterránea se alimenta de una pulsión que casi todos hemos sentido alguna vez; en efecto, se nutre de la necesidad individual o colectiva de crear cultura, y prospera en lugares excluidos del cosmos debido a que cualquier estructura basada en la economía es incapaz por definición de absorber manifestaciones culturales que no puedan ser reducidas a la lógica de la venta de televisores con pantalla extraplana. Y es que la cultura no es deslocalizable; de ahí que en este momento iniciemos una sección dedicada a evocar algunos lugares concretos en que efectivamente emerge la cultura subterránea.

Aunque no es nuestra intención prescindir de la óptica descriptiva en acercándonos a estos puntos de encuentro, hay que tener en cuenta que en muchos casos no es de recibo una interpretación unívoca de los mismos, ya que con frecuencia cada cual disfruta de su propio sueño vinculado a este o aquel lugar de creación. No siempre sucede así, pero no será extraño que hablemos de espacios que existen no sólo en el mundo físico, sino también en la imaginación de quienes los conocen y frecuentan, multiplicándose en las ilusiones de sus moradores actuales y de los que están por llegar. Por eso decimos que nosotros no vamos a describir, sino a evocar; divagaremos sin ataduras y a lo mejor nos extraviamos entre los conceptos como siempre nos pasa, pero en ningún caso pontificaremos.

Llamaremos a esta sección LAS CASAS DE LA CONTRACULTURA, pues este nombre plantea antítesis que dan mucho potaje al pensamiento (food for thought, que se dice en inglés; ¿por qué en castellano no disfrutamos de estas expresiones? Bueno, tenemos el "No, si verás tú cómo..." tan citado por Forges en sus viñetas, frase hecha que no sólo anuncia la llegada de una molestia o incordio, sino que suele llevar a los traductores de español a golpearse la cabeza contra un muro. En fin...). Como es sabido, el concepto "casa de la cultura" fue institucionalizado por André Malraux mediante orden ministerial, seguramente trasladada por un motorista uniformado al palacio del Elíseo para que la firmara Charles de Gaulle, nada menos que el Francés Más Importante De Todos Los Tiempos según un espacio televisivo emitido recientemente (a veces, las chorradas con que alguna gente pierde el tiempo y el dinero le dejan a uno estupefacto. Qué incomprensible ansia de crear competiciones, ránkings y jerarquías donde no las ha de haber. Ya puestos, ¿por qué no buscamos la Hortaliza Más Importante De Todos Los Tiempos? Yo propongo el calabacín). Volviendo a la historia que nos ocupa, íbamos diciendo que el Más Excelso Prócer Que En Francia Vieron Los Siglos firmó entonces un decreto dando carta de naturaleza a las Casas de la Cultura, todo ello acompañado del pertinente desarrollo legislativo y la dotación presupuestaria que marcaba la ley; por supuesto, las Casas de la Cultura no iban a brotar donde Dios les diera a entender, sino que habían de distribuirse con arreglo a la estructura administrativa del Estado francés de entonces.

Partiendo del relato anterior y viajando a la cara oculta de la Luna encontramos la cultura subterránea, que es la que no pide permiso al Francés Más Importante De Todos Los Tiempos para existir, sino que prefiere buscar la Hortaliza Más Importante de Todos Los Tiempos, o el Tetrabrik Usado Más Importante de Todos Los Tiempos, o simplemente tocar un solo de clarinete como lo hacía el prematuramente difunto Eric Dolphy , gigante del free jazz, más o menos por la época en que se iban erigiendo los imponentes edificios destinados a albergar esas míticas Casas de la Cultura que sólo un Estado con mayúsculas como el presidido por De Gaulle podía permitirse.

Vamos entonces a comenzar por lo más evidente. Por ahí cerca de tu casa se oye música, y no es enlatada, ni se trata de una banda de Semana Santa. A lo mejor en el piso de abajo alguien anda escribiendo textos no encargados previamente..Puede que no tenga ninguna relación con nada de lo escrito hasta ahora por nadie... Cerca de tu domicilio se sigue oyendo música, y en principio puedes pensar que te molesta, pero notas que te empieza a hacer gracia a medida que tu casa va dejando de ser para ti un castillo... Lo próximo es la zona norte del Casco Antiguo.

(Lo prometido es deuda: la imagen mostrada, para nosotros impactante aunque ya estamos en cierto modo curtidos, corresponde a la obra "La web es inodora", realizada mediante la innovadora técnica que renunciando por una vez a andarnos con rodeos bautizaremos como ESCANEADO DE ZAPATO y presentada al Concurso de Escaneados de artesonado.com por alguien que se hace llamar Gordon von Wirma, que asimismo sometió al jurado del insólito certamen la obra "Pokemon en bloque de hielo", materializada por supuesto gracias a la misma técnica. Ninguna de las dos fue distinguida por el jurado, pero es que otro individuo que quiere que lo conozcan en Internet por el nombre de Xabie se escaneó su propia lengua y sólo obtuvo el segundo premio. En todo caso, nuestra modesta opinión es que iniciativas como ésta son las que dotan al arte contemporáneo de la vitalidad que necesita y le suministran las herramientas necesarias para moverse de acuerdo con las siempre dinámicas coordenadas de un universo de redes cambiantes en lo cultural y en lo sociopolítico, tan cambiantes que un día alguien se dará cuenta por fin de que la "mierda de artista" de Piero Manzoni es en primer lugar mierda, en segundo lugar es de Piero Manzoni y en tercer Y ÚLTIMO lugar es "de artista". Por cierto, prometo que la Mierda de Artista (Merda d' Artista) del malhadado Manzoni será analizada con más detalle en próximos artículos, pues es en verdad una gran obra).



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